Resistencia a los antibióticos
En todo el mundo, la resistencia a los antibióticos está aumentando a niveles peligrosos. Infecciones como la tuberculosis, la neumonía, la septicemia o la gorronea, además de las enfermedades de transmisión alimentaria como la salmonela, son cada vez más difíciles de tratar, ya que los antibióticos van perdiendo eficacia.
Contrario a lo que piensa mucha gente, la resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos, es decir, son las bacterias y no las personas, las que se vuelven resistentes a estos medicamentos; por lo tanto, estas bacterias pueden causar infecciones más difíciles de tratar.
Debido a que los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas, algunos médicos los prescriben de manera indiscriminada, además, en los lugares donde pueden ser adquiridos sin receta médica, la propagación de farmacorresistencia empeora.
Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos, la OMS recomienda:
- Tomarlos únicamente cuando lo prescriba un profesional de la salud.
- No automedicarse antibióticos.
- Seguir las instrucciones de los profesionales de la salud para su correcto uso.
- Prevenir infecciones con un correcto lavado de manos y preparando alimentos en condiciones higiénicas.
- Adoptar medidas de protección en relaciones sexuales y mantener las vacunas al día.
Estas recomendaciones pueden ayudar para que no aumente la resistencia a los antibióticos, lo cual prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad, ya que aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos puede seguir representando una grave amenaza.
Fuente: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/resistencia-a-los-antibi%C3%B3ticos